miércoles, 1 de febrero de 2017

Los uruguayos que jugaron en el F.C. Barcelona

MASCARÓ - 1903

Según los datos del libro, un uruguayo de apellido Mascaró (cuyo nombre difiere en algunas páginas de historia de la institución) participó de un amistoso del Barça el 27 de julio de 1903 contra el Mataroní, que acabó 8-2. Él fue el primero de la lista.



SCARONE - 1926


El círculo triunfante se completó en 1930, cuando la FIFA organizó su primer Mundial y, además, en territorio uruguayo. Scarone ya no era el mismo jugador de diez años atrás. Sin embargo, no desentonó para que, nuevamente ante Argentina, Uruguay venciera 4-2 en la final para consagrarse como el primer campeón del mundo.

Tras el oro de París, en 1924, Scarone retornó a Nacional, realizando una gira por Europa un año después. En abril de 1925, se enfrentaron Nacional y Barcelona en Las Corts, ante 50.000 espectadores. El Barça era un rival de primer nivel y se puso 2-0 con goles del otro 'mago', Samitier. Sin embargo el conjunto uruguayo logró empatar con tantos de Urdinarán y Scarone. 

Tan buena fue la imagen que dejó, que en 1926, tras alzar siete ligas con Nacional, el Barcelona decidió ficharlo, en lo que se consideró en su momento como la primera gran contratación internacional realizada por el club azulgrana. 
No obstante, pese a ganar una Copa y un Campeonato de Cataluña, el 'mago' no pudo triunfar en España. Algunas versiones atribuyeron su fugaz paso por el Barcelona a Josep Samitier, gran figura azulgrana, a quien se le acusó de no facilitarle balones. Sin embargo, ambos lo desmintieron. Según cuentan, Scarone rechazó un contrato millonario para continuar en el Barcelona, con la intención de jugar los JJ.OO. de 1928. 

En aquella época sólo podían participar en los Juegos deportistas amateurs, y el contrato ofrecido era profesional. "Yo pensaba en mi patria, en que pronto vendrían las Olimpíadas y en que debía vestir la camiseta celeste. Pensé en Nacional, mi club de corazón, y decidí no firmar", declaró Scarone. Este tipo de decisiones ganaron el corazón de la afición uruguaya.
Con decenas de títulos a cuestas, entre ellos una Copa del Mundo, emprendió un nuevo viaje a Europa. Esta vez fue Italia, donde en 1932 fichó por el Inter de Milán, equipo en el que permaneció un año, para luego jugar en el Palermo. De nuevo, pese a disputar más de 50 partidos y anotar 20 goles, su periplo europeo no acarreó gran éxito y en 1934 volvió al Nacional de sus amores, donde obtuvo su octava Liga. Permaneció allí hasta 1939, cuando con 41 años decidió retirarse jugando en el Montevideo Wanderers, equipo de media tabla de la Primera División uruguaya. Pese a su retiro profesional, siguió derramando su talento hasta 1950 en categorías de veteranos, ya con más de medio siglo a sus espaldas. 

Tras su retirada, como tantos otros, se pasó a los banquillos y se convirtió en entrenador. Dirigió al Millonarios de Bogotá, con los argentinos Di Stefano y Pedernera; al Real Madrid, sustituyendo al inglés Keeping a principios de los años cincuenta; y al club de sus amores, Nacional, para luego convertirse en colaborador de la institución, enseñando a rematar a portería a los nuevos jugadores.

ENRIQUE FERNANDEZ VIOLA - 1934 - 1936





"Fue un ganador nato, un tipo que se codeó siempre con el triunfo: como jugador, en el 33 y el 34 con `La máquina` de Nacional, y en el 35 con la selección, cuando la conquista del Sudamericano de Santa Beatriz, en Perú; y como entrenador, en Nacional, Barcelona, Real Madrid, Sporting de Lisboa, Colo Colo… ¡los sacó campeones a todos! Nacional fue campeón en el 50, cuando venía del tropezón del 49 y Peñarol tenía 6 campeones del mundo, y en el 62 hizo una revolución en el fútbol argentino, donde nunca había sido campeón un cuadro chico y Gimnasia y Esgrima de La Plata, dirigido por él, recién en la última fecha perdió el campeonato con Boca".
Más que cualquier reseña estadística, vale el testimonio de Juan Ricardo Faccio, quien conoció a Enríque Fernández desde niño, porque "él y mi papá (Ricardo Faccio, "centrojás" de Nacional de la década del 30) paraban en la misma esquina, en el Jacinto Vera, y cuando Enrique ya estaba en Europa, iba a mucho a tomar mate a la casa de los padres de mi mamá, porque todos los años venía al Uruguay a pasar un mes de vacaciones".
LUIS PRAIS BERNARDO - 1949 - 1959
Luis Prais fue un defensa llegado a Barcelona en 1949, desde Peñarol. Solo jugó dos partidos oficiales, contra Valencia por la Copa Eva Duarte y un partido de Liga contra Celta. Después pasó a jugar en la reserva del equipo y dejó el fútbol a los 25 años.

RICARDO SALABERRY - 1949

Llegó al club procedente del Nacional de Montevideo a la vez que lo hizo Prais, pero su paso fue efímero . De hecho, este interior tan solo jugó varios partidos amistosos con la camiseta blaugrana. Brilló especialmente en un amistoso en Les Corts contra el Copenhague Boldklub que acabó 1-0 con un gran gol suyo. Al empezar 1950, cambió de aires y se incorporó al Real Oviedo. Fue carbayón hasta la temporada 54-55 y falleció a los 41 años de edad.
RAMÓN ALBERTO VILLAVERDE - 1954 - 1963

Fue el uruguayo que más años estuvo en el Barça. Interior o extremo polivalente, ingresó en el verano de 1954 procedente de Millonarios de Bogotá -donde coincidió con cracks de la talla de Di Stéfano y Pedernera-, aunque sus primeros años de profesional los vivió en el Liverpool de Montevideo y en el Deportivo Cúcuta. En su palmarés figuran dos títulos de Liga, tres copas de España y dos copas de Ferias. Fue un ídolo de la afición hasta el punto de que se creó una famosa peña que llevaba su nombre. En 1963 fue objeto de un merecido homenaje en el Camp Nou y acabó su carrera jugando en Segunda con el Racing de Santander, la campaña 63-64. Se estabelció en Barcelona, donde falleció a los 56 años. 
DAGOBERTO MOLL - 1954-1955

500.000 pesetas de la época fueron las que pagó el Barça al Deportivo de La Coruña para fichar a dos jugadores. Uno llamado precisamente Luis Suárez, gallego de 19 años con gran proyección. Otro, uruguayo de 27 años, llamado Dagoberto Moll. El delantero fue un trotamundos de la Liga española. Estuvo en el Barça únicamente la temporada 54-55, para pasar al Espanyol, Condal, Celta, Elche y Albacete. También fue entrenador de clubs como el Compostela, Girona, L'Hospitalet, Tenerife o Levante. Seis veces internacional, pasó a la historia por formar parte de una delantera del Depor denominada 'Orquesta Canaro', junto a Corcuera, Oswaldo, Rafael Franco y Tino. Actualmente reside en la Coruña.

JULIO CÉSAR BENÍTEZ - 1961-1968
Delantero reconvertido en lateral, había debutado como profesional en el Racing Club de Montevideo. En 1959 recaló en el fútbol español y, tras una temporada en el Valladolid y otra en el Zaragoza, fichó por el Barça. Jugador temperamental, tenía doble nacionalidad hispano-uruguaya y ganó una Copa de Ferias y una Copa de España con la camiseta blaugrana, pero protagonizó uno de los episodios trágicos del club, al fallecer a los 27 años, antes de un Barça-Madrid, por una intoxicación alimentaria. El barcelonismo y todo el mundo del deporte mostró su dolor en la capilla ardiente habilitada en el Camp Nou y sus compañeros pudieron dedicarle la Copa lograda aquel año en la recordada 'final de las botellas'.

LUIS CUBILLA - 1962-1964
En la final del Trofeo Carranza de 1961, el Barça derrotó por 2-1 a un Peñarol en el que brillaba un delantero llamado Luis Cubilla. Un año más tarde este jugador nacido en Paysandú, 38 veces internacional, se incorporó al Barça. Jugó dos temporadas en las que el club levantó una Copa de España, en 1963. No se adaptó al fútbol español y ésta fue su única experiencia en Europa. Después fichó por el River Plate argentino, el Nacional de su país y acabó su carrera en el Santiago Morning chileno y en el Defensor uruguayo. Entre 1978 y 2012 entrenó a un gran número de clubes y falleció el 3 de marzo de 2013, a los 72 años.

ALCIDES SILVEIRA - 1962-1963
Igual que Cubilla, Alcides Vicente Silveira Montero también se incorporó al Barçá en el verano de 1962 y vivió de blaugrana su única experiencia en el fútbol europeo. Antes de acabar la temporada 62-63, justo cuando se iniciaba el torneo de Copa, el centrocampista fue traspasado a Boca Júniors, por lo que en su palmarés figura ese torneo conquistado por el Barça aunque no jugara ni un partido.  Tras cinco temporadas en el club xeneize, colgó las botas en 1969 en el Nacional de Montevideo. Falleció en la capital uruguaya el 16 de enero de 2011, a los 72 años.

EDUARDO BIBIANO ENDÉRIZ ARTAJONA - 1966-1967

Otro futbolista charrúa con paso efímero por el Barça fue Eduardo Bibiano Endériz Artajona. Apodado 'Cacho', desarrolló toda su carrera futbolística en el fútbol español, sobre todo en el Valladolid y en el Zaragoza, donde estuvo cuatro y tres temporadas respectivamente. En el club aragonés celebró dos copas de España y una Copa de Ferias. Roque Olsen le fichó para el Barça en 1966 pero en la única temporada que estuvo apenas jugó cinco partidos de Liga. Cerró su carrera en el Sevilla, la temporada 67-68 y murió a los 59 años, el 24 de agosto de 1999 en Barcelona.
ALFREDO AMARILLO - 1976-1979

En los años 70 solo un uruguayo vistió la camiseta del Barça. Era un centrocampista que con solo 20 años dejó su país natal -jugaba en el nacional- para probar fortuna en el fútbol español. Después de tres temporadas en Segunda División en el Valladolid, fichó por el Barça en el verano de 1976. Era el Barça de los Cruyff, Neeskens y compañía. Fue blaugrana tres temporadas, aunque en la última -la 78-79- fue cedido al Salamanca. Tras regresar de la cesión, fue traspasado al Espanyol junto a Bío y Fortes en una operación que trajo a Canito al club blaugrana. Ganó una Copa del Rey como blaugrana y pasó a la historia por un golazo en un Barça-Valencia que acabó 6-1 y que fue elegido por Eurovisión el mejor gol en las ligas europeas de aquella jornada.
JULIO CÉSAR JIMÉNEZ - 1983-1984

En la última temporada de César Luis Menotti -y Maradona- en el FC Barcelona, la 83-84, el técnico argentino avaló la contratación de un jugador de 29 años que jugaba en Ferrocarril Oeste. Un mediapunta nacido en Artigas que incluso participó con Uruguay en el Mundial de Alemania de 1974. Julio César Jiménez fichó para jugar en el Barça At., con la promesa de Menotti de que si rendía, subiría al primer equipo. Al final, únicamente disputó cuatro partidos de Liga con el filial, mientras que con el primer equipo solo se recuerdan tres amistosos. Uno de ellos, el 8 de diciembre de 1983 en el antiguo Municipal de L'Hospitalet, para festejar los 25 años de la instalación. Jugó los 90 minutos y se enfrentó a un futbolista del CE L'Hospitalet llamado... Sandro Rosell.
NÉSTOR OMAR MARTÍN - 1990
Si Villaverde fue el uruguayo que más tiempo estuvo en el club, el más testimonial fue un delantero recomendado por Alcides Silveira y que probó en un amistoso con el FC Barcelona, el 11 de septiembre de 1990. Néstor Omar Martín, que llegaba con 21 años tras su paso por Cerro Porteño, jugó los 90 minutos de un Sabadell-Barça disputado en la Nova Creu Alta, con Johan Cruyff en el banquillo. Su actuación no fue brillante, a tono con lo que fue aquel partido cuyo trofeo en juego ganaron los arlequinados en la tanda de penaltis. No hubo más pruebas para aquel joven futbolista, que no se quedó en el club.

MARTÍN CÁCERES - 2008-2011

El último charrúa que militó en el Barça fue uno de los primeros fichajes de la 'era Guardiola'. José Martín Cáceres, central polivalente formado en el Defensor de Montevideo, fue fichado por el Villarreal la temporada 2007-2008 y cedido al Recreativo de Huelva. Firmó por el club blaugrana por cuatro temporadas, pero solo jugó una, en la que no tuvo muchas oportuindades pero colaboró en un triplete histórico: Copa, Liga y Champions. Al acabar esa campaña fue cedido primero a la Juventus y después al Sevilla, quien en el 2011 ejecutó una opción de compra y se hizo con sus servicios. Desde febrero de 2012 juega de nuevo en la Juve, con la que ha conquitado tres 'scudettos' seguidos.
LUIS SUAREZ - 2014 HASTA LA ACTUALIDAD

Si creen que éste será el retrato del chico malo, el problemático, el impulsivo, el vampiro que ha estado dos años sancionado por la FIFA sin poder jugar con su selección por morder a Chiellini en un Mundial, el que fue acusado de racista en Inglaterra y clavó los dientes a Ivanovic, el que fue castigado también en Holanda por morder a Bakkal, no sigan. Porque ésta es, principalmente, una historia de amor y de segundas oportunidades. De amor, sí, han leído bien. Porque es imposible entender quién es Luis Suárez sin hablar de amor.
Alfred Hitchcockle contó en una deliciosa entrevista a Francois Truffaut la siguiente anécdota: «Había una vez un guionista a quien se le ocurrían siempre las mejores ideas en plena noche y, cuando se despertaba por la mañana, no conseguía recordarlas; finalmente se dijo: 'Voy a colocar una hoja de papel y un lápiz al lado de la cama, y cuando se me ocurra una idea, la podré escribir'. El individuo se acuesta y naturalmente, a mitad de la noche se despierta con una idea formidable; la escribe rápidamente y se vuelve a dormir tan contento. A la mañana siguiente se despierta, y al principio se olvida que ha copiado la idea. Está afeitándose y se dice: '¡Ah, bueno! Se me ha ocurrido una idea formidable esta noche pero se me ha olvidado. ¡Ah, es terrible...! Pero si no recuerdo mal, la he escrito en un papel'. Se dirige rápidamente a su dormitorio, coge el papel y lee: 'Un chico se enamora de una chica'».
El guión de la historia de Luis Suárez es tan redondo que comienza así: «Un chico se enamora de una chica».
PLANTEAMIENTO
Luis Suárez tenía 15 años y jugaba en los juveniles del Nacional de Montevideo cuando conoció a Sofía Balbi, que estaba a punto de cumplir 13. Él, de padres separados y con seis hermanos, muy humilde y mal estudiante, tampoco se tomaba demasiado en serio el fútbol. Salía por las noches, no rendía en los partidos y Nacional comenzaba a plantearse su despido cuando conoció a Sofía, de familia acomodada y que vivía en Solymar, a 24 kilómetros de Montevideo.
Y fue entonces cuando todo cambió. Son muchas las entrevistas en las que ha hablado de su historia de amor y de cómo Sofía -Sofi-, le salvó. Así lo relataba en el Canal 10 de Uruguay hace sólo un año: «Era un niño muy inquieto. En la escuela no tenía buena conducta. En mi casa faltaba de todo. Nunca me faltó un plato de comida, pero no me avergüenzo de decir que con 11, 12 o 13 años me iba a cuidar autos con mi abuelo para llevar algo de plata a mi casa. Sofía sabe lo que me ayudó y por el camino por el que me ha llevado. Me hizo ver que yo no era un burro, sólo que no tenía ganas de hacer las cosas. Me animaba a hacer los deberes. Empezamos a salir cuando yo tenía 15 años y ella 13. Por ella hice cosas increíbles como ir caminando de Montevideo a Solymar, 24 kilómetros andando».
El mundo se les vino encima cuando el padre de Sofía, que trabajaba en un banco que cerró durante la crisis, decidió que la familia se trasladara a Barcelona para comenzar de nuevo animado por un hermano suyo que vivía en la Ciudad Condal. Luis y Sofi creían entonces que nunca más volverán a verse y ambos recuerdan aún hoy las lágrimas y la angustia de adolescentes cuando se despidieron. Tres meses después de su marcha el jugador no aguantó más y le pidió dinero a su representante, Daniel Fonseca, para viajar a Barcelona y verla en Navidad.
Luis aterrizó en El Prat, era menor de edad y fue retenido durante horas porque no atinó ni a decir dónde iba. «No traía ninguna dirección, nada. Venía con una camisa blanca y me empezó a salir sangre de la nariz. Sofía me esperaba en el aeropuerto, pero hacía más de dos horas que había llegado el vuelo y yo no salía. Estaba detenido y no sabía por qué. Me dijeron que no llevaba ninguna dirección a donde ir. Les expliqué que iba a pasar 15 días para conocer las montañas y el mar, era lo que había visto desde el avión. Me abrieron la valija para revisarla y una tía suya me había enviado un paquete para un familiar y llevaba un número de teléfono y la dirección», relató Suárez. Y es en Barcelona, durante esas vacaciones navideñas, cuando Luis Suárez tomó la decisión: tenía que jugar en Europa para ver a Sofi.

El Groningen le hizo una oferta. Él no conocía ese equipo, pero sabía que Holanda estaba más cerca de Barcelona, de Sofía, que Montevideo


La meta no era ser una estrella, sino poder estar cerca de su novia. Sin esa motivación, sin el objetivo de jugar bien, lo mejor posible, para que le fichara un equipo europeo y ver a Sofía probablemente Suárez no sería quien es hoy en día: uno de los mejores delanteros del mundo.
Con 17 años debutó en la primera plantilla de Nacional y con 18 el Groningen le hizo una oferta. Él desconocía que había un equipo que se llamaba así, pero sabía algo: que Holanda estaba más cerca de Barcelona, de Sofi, que Montevideo. Y así es como Suárez llegó al fútbol europeo: por amor. Una semana después de firmar visitó a Sofía en Barcelona y cuando llegó el momento de regresar a Groningen, mientras se despedía de ella en el aeropuerto, le propuso que se marcharan juntos, que tenía dinero para su billete. Ella, con sólo 16 años, llamó a su padre para comunicárselo y embarcó con Luis, sin ropa, maleta, sin nada. Y ya nunca más han vuelto a separarse.
NUDO
La historia de amor de Luis Suárez es menos conocida, y desde luego ha ocupado menos espacio en los medios, que las polémicas que ha protagonizado. Errores importantes que han dañado su imagen y le perseguirán para siempre. Tras jugar en Groningen le fichó el Ajax, donde llegó a ser incluso capitán, el primer jugador sudamericano en lograrlo. En la temporada 2009-2010 ya es el máximo goleador de la Eredivise marcando 35 goles en 33 partidos y al año siguiente se produce su primer altercado serio: en un partido contra el PSV muerde en el hombro a Bakkal y la Asociación Holandesa de fútbol le suspende durante siete encuentros. Ese verano le llega la oferta del Liverpool, donde jugó tres temporadas. En la 2013/2014 logró 31 goles en 30 partidos, siendo el máximo goleador europeo junto a Cristiano Ronaldo.
Es en su primer año en la Premier donde protagoniza uno de los episodios que más le avergüenzan. El entonces jugador del United Patrice Evra, le acusó de insultos racistas durante un partido ante el Liverpool en el 2011. La Federación de fútbol inglesa le sancionó con ocho partidos en un episodio que aún le corroe. «¿Usé la palabra 'negro' en una discusión en español con Evra? Sí ¿La palabra 'negro' significa lo mismo en español que en inglés? No, absolutamente no ¿Soy un racista? No, absolutamente no» Le dije: '¿Por qué negro, por qué protestas si es falta?', pero mi versión llegó al árbitro de forma diferente. No, '¿Por qué negro?', sino 'Porque eres negro' , lo que cambia drásticamente el significado. Porque significa because, no why. Todavía estoy triste y furioso de pensar que esa es una mancha que probablemente quede para siempre. Cuando mis hijos sean mayores y pongan en el buscador mi nombre, aparecerá la palabra racista. Es una mancha que no merezco», explicó el jugador en su autobiografía Cruzando la línea, Luis Suárez. Es la única vez que ha hablado de este tema.
La de Evra no fue su única polémica en Inglaterra. En abril del 2013 reincidió y le cayeron 10 partidos por morder a Ivanovic, pero sin duda el mayor escándalo de su carrera sucedió en el mayor escenario posible: un Mundial de fútbol.
Uruguay se clasificó para los octavos de final del último Mundial de Brasil tras vencer a Italia por 1-0 en un partido que quedará siempre en la historia por el mordisco de Luis Suárez a Chiellini. La FIFA fue implacable: nueve partidos de sanción e inhabilitación de cuatro meses «para ejercer cualquier clase de actividad relacionada con el fútbol». Es decir, no podía ni entrar en un estadio. Y justo por entonces estaba cerrándose la negociación para fichar por el Barça.
«¿Tú estás seguro?», le preguntaban a Andoni Zubizarreta, que había escogido al uruguayo para reforzar la delantera después de que la primera opción, el Kun Agüero, no fructificara. «¿Tú estás seguro?». Y Zubi contestaba: «Espera, que saco la bola de cristal». «Cuando alguien se equivoca y de forma tan grosera como él lo hizo, y lo sabe, ¿por qué no va a merecer una segunda oportunidad?», resumió el ex director deportivo azulgrana en una entrevista reciente en Rac1.
DESENLACE
El Barça tampoco fue la primera opción de Suárez. Su representante, Pere Guardiola, manejaba importantes ofertas de clubes, entre ellas el Real Madrid.«Pero cuando el Barça preguntó por mí no quise escuchar nada más», afirma el delantero siempre que le preguntan. «Cuando le llamamos no vino directo porque estaba en el Mundial», sentencia Zubi.
Barcelona. Donde Sofi vino a vivir con 14 años. Barcelona, donde él viajó para verla con 16 sin tener siquiera una dirección y con dinero prestado. Barcelona, donde nació su hija Delfina en el verano de 2010 justo a tiempo para que su padre pudiera asistir al parto después de disputar el Mundial de Sudáfrica.Barcelona como principio y fin y el Barça como sueño recurrente desde que era un adolescente. Suárez aún conserva una fotografía que se hizo en el 2004 cuando se coló en el Camp Nou. No tenía dinero y daba con Sofi una vuelta por el estadio cuando vieron una puerta abierta. «No entres, no entres», le gritó ella, pero corrieron por unas escaleras y salieron a la grada, donde se tomaron una fotografía a toda prisa antes de salir huyendo de nuevo. La anécdota, que él ha relatado en diversas ocasiones, se la recordó un directivo del Barça a Sofía cuando su marido firmaba el contrato. «Me alegro que haya venido, porque tenemos que solucionar la cuenta del paseo gratis por el estadio», bromeó.